Hay ciertos pensamientos, mayormente intuitivos, que pasan
tan rápido para nuestra percepción, que apenas podemos asirlos a tierra, o al
espacio aéreo mental. Aunque naturalmente sea mejor aterrizar esas ideas
intuitivas, lo básico es que aunque hayan pasado un solo instante por la mente,
ya lo estamos bajando a un plano visible, o como decimos, al campo. Esto no es
nuevo, ni mucho menos, pera es muy normal que ahora notemos un incremento en
cantidad y también en calidad de estas experiencias, como ya anticipé el tema,
en torno a la apertura de la intuición. Como ya he señalado, la propuesta es
que no veamos a la intuición aquí como un mero complemento del carácter o la
personalidad, más bien como una vía de acceso “al conocimiento del ser”. Este
llamado conocimiento del ser es aquel que siempre fluye, que no se cristaliza,
que permanece siempre actualizado y en línea. Siempre es bueno recordar que
como todo en el plano físico y biológico, lo vamos a ver progresivamente.
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