lunes, 10 de agosto de 2015

El Observador más “Cristalino”

En principio, digo “cristalino”, en este caso, porque este es el observador qué más se suele cristalizar, adquiriendo además esa transparencia y aparente brillo, y hasta cierta elocuencia.

El problema que quiero señalar y con el que fácilmente nos podemos topar es que observador ocupa un pedestal en todo nuestro diseño.

Nos encanta escucharlo hablar, (mental o sonoramente) aunque extrañáremos ser escuchados. Es decir, ya sea algo propio o que veamos como un observador externo, cuando ese cuarto cristalizado habla en realidad no dialoga, sólo que sólo le importa lo que él dice. Y esto puede tener muchas capas de máscaras, que dan la impresión que sí está escuchando.

Por supuesto, estoy hablando de un observador de nuestra consciencia, la de todos, más allá que cada uno pueda personificar ya sea en una actitud, o una acción tanto propia como ajena. Y aunque lo que vemos como “externo” sea algo ilusorio, entendamos por ahora como que realmente es así, simplemente porque es más práctico.

Pues, para mí, cuando veamos este observador afuera, creo que es bueno recordar que no se trata de acusar al otro, y así, tontamente, ocupar el mismo lugar que estoy señalando como error.

Tengamos en cuenta que para saltar este error y puentear a este observador “cristalino” del cuarto plano, se necesita una verdadera madures, y una renuncia muy profunda. Renuncia que se operará en el abstracto, pero que puedo “permitir” desde el concreto.   

Volviendo al anterior tema, lo que suele pasar con los enfrentamientos externos, es que cada uno trata de salvar su falsa “dignidad”, y de ganar para justificar posicionamientos o ocultar otros. Y el caso es que así uno pierde la oportunidad de derretir lo que tiene como “correcto”. Y en eso este cuarto procura o no logra observar la distorsión propia, (la de su propio receptor), alegando por ejemplo, que la otra distorsión que ve afuera le resulta más evidente. Este estilo de trampas suele ser de este cuarto que brilla como si fuera perfecto. No puede aceptar que el disfraz de humildad que se ha puesto, no le sirve para desmantelarse.

De todas formas, creo que lo que siempre es preferible no olvida, repito, es que en lo profundo, lo que estoy observando en lo externo solo es una especie de teatro esotérico de mi mundo interno, es el universo que estoy validando. 

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