viernes, 14 de agosto de 2015

Velocidad y/o ligereza de la percepción

Se trata de observar cómo realizamos un viaje, desde un punto A hacia otro B. Supongamos que entonces, como puedo bien pasar, nos topamos con los primeros inconvenientes. O mejor aún, lo podemos ver como los preparativos del viaje..

Unos prefieren ir en avión, otros en tren, otros, haciendo paradas en distintos lugares. Depende de esa predisposición, más o menos, que voy a hacer los preparativos pertinentes. Maletas, pasaportes, mapas, planes, o bien me disponga ir sin previos.

Lo primero que suelo notar es que la calidad de la percepción de mi "vehículo físico" tiene que poder aligerarse para adecuarse al instante, al momento que ahora es, porque allí puedo estar "en línea" con aquello que fluye. Entonces, uno suele tratar con la interferencia o falta de sintonía que tiene el receptor particular, para poder hacer que realmente sintonice la emisión de origen, a través de la intuición.

Y bien, allí me puedo plantear otro dilema, entre la velocidad de percepción y la carga que llevo. Puedo ir rápido o más lento, puedo pasar volando o  también aprender a apreciar el paisaje, e ir cuadro a cuadro. A veces, es importante poder ir rápido como también lo es el poder ir ligero, sin cargas. Son dos velocidades de percepción, y ambas son necesarias para poder estar en aquel instante. Por no extenderme, porque en realidad tenemos que integrar todas las velocidades que sean posibles.

Cada uno esta trabajando, consciente o inconscientemente, hacia una apertura y una integración de todas las formas, mezclando las valencias, hasta que se encuentren en equilibrio, una expansión constante, en realidad
.

 . 

No hay comentarios:

Publicar un comentario